La construcción del «sí mismo» y la virtud es una tónica en los antiguos. Maravilloso que apunten ahí. Además los estoicos parecían desprenderse bastante. Renunciaron a formar un partido político, Epicteto por ejemplo había sido un esclavo y no parecía muy preocupado por las posesiones o la fama. Vamos que si viviera hoy en día pasaría bastante de redes sociales, convenciones varias, amiguismos, narcisismos y viajes del héroe de Hollywood.

Hace poco leía de un buen divulgador que el objetivo estoico no era otro que la ataraxia, serenidad, el Nirvana (igualaba esas palabras como si fueran la misma). Por una parte me alegré que alguien pusiera por fin un objetivo trascendente sobre la virtud y el «sí mismo» pero cuando leí esa igualación me chirrió bastante la verdad (siempre dudo de si el que divulga, puede con afán de simplificar, o de «llegar a más gente», saltarse algunas reglas básicas).

El caso es que NO solo buscaban ataraxia, esa imperturbabilidad – serenidad, sino también la apatía, concebida como menos emociones y pocas pasiones y la eupatía entendida como cultivo de buenos sentimientos. No llegó a tanto mi postgrado, ya lo dije en el primer artículo de esta serie, pero mi sospecha es que esa ataraxia sería bastante más que serenidad.

Pero desde luego SÍ me mojo al 100% en que Nirvana, o sea, un estado mental (hay 4 tipos y muchos grados en cada estado) que se caracteriza por un movimiento sin retorno donde se disminuye radicalmente la sensación de autoría del Yo NO es simplificable a «serenidad». Le hacemos un flaco favor así. Sería como decir españoles = toreros, USA = hamburguesa. La divulgación permite de todo, pero aquí no ayuda precisamente.
 En términos budistas, taoístas o incluso neurocientíficos, el despertar no implica solo serenidad. Es mucho más.

La serenidad sería un sistema nervioso parasimpático predominante, incluso propio de personas frías, con poca capacidad para la empatía afectiva, o que han cultivado intensísimamente métodos de regulación fisiológica (por cierto, existe algo parecido en el entrenamiento militar para precisamente poder sostener el stress).

Sin embargo ese despertar es muy diferente. Implica haber aprendido a:
1. des-hacer la tendencia a percibir el mundo en términos de yo-otros
y 2. dejar de creerse autor de todos los procesos mentales en vez de receptor de todo aquello que el cerebro realiza, sin que podamos adivinar las causas.

Es similar a lo que se ve en una resonancia magnética tras una ingesta alta de psilocibina o mescalina. Las regiones cerebrales llamadas CMS (central midline structures) y la famosa red por defecto (DMN) han dejado de hablarnos en el formato habitual (yo y el mundo, yo y los otros, ellos y nosotros, mis memorias y el mundo ahí afuera) para dar paso a una percepción más directa y práctica de la realidad, sin tanto ruido, interpretación, sesgos, esquemas, exigencia, queja, drama, condicionamiento, barreras e historia personal.

Implica un increíble descanso como puedes imaginar, un radical descenso en el nivel de sufrimiento, un estar más allá de etiquetas. Casi nada.

Lo que la mescalina provoca durante horas, el experto lo mantiene siempre. El que lo experimenta solo una vez suele decir «lo tuve y lo perdí» (en realidad ni se tiene ni se pierde jeje). Evidentemente ese estado es muchísimo más que serenidad, se llame como se llame. Para mantenerlo o crear las condiciones en las que surge hace falta mucho discernimiento, que es muy parecido a lo científico en tanto hay que distinguir lo verdadero de lo falso, pero en vez de hacia fuera, hacia los procesos mentales internos.

En definitiva, uno no despierta por leer máximas sin más ni de Marco Aurelio ni de tu vecino ni tampoco cerrando los ojos un rato cada día y esperando que ocurran «cosas».

  • Despierta con la ayuda de alguien que está donde tú quieres llegar (y que ¡no es donde crees!).
  • Despierta con una metodología que está más allá de una corriente o moda.
  • Despierta con un contexto de formación continua, por cierto, mira cuántos años estaban los estoicos con sus profes. Te doy una pista: más de 21 días 😉.
  • Despierta desarrollando discernimiento sobre los procesos de la mente.
  • Despierta poniendo a prueba en el barro, no con conceptos, la autoría de sus procesos.


Esto no lo dice Jose por capricho. Si trabajas en una buena línea el monje, el lama, el hombre medicina o el especialista que toque te va a hacer bajar al barro, reflejar autorías, echarte una mano bondadosa y aplicar virtud ética dirección.

En realidad si el despertar estoico era una simple serenidad, no habría mucho que discernir.

Abrazos,

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